En el caso de las grandes ciudades españolas, el reto es de especial relevancia en comparación, por ejemplo, al resto de ciudades europeas, considerando que dichas ciudades se caracterizan por una elevada compacidad de la forma urbana y elevados niveles de densidad construida. En el caso de las ciudades analizadas, a nivel global y en términos absolutos, se observa en la Tabla 7 de qué modo destacan las ciudades de Barcelona y Madrid, también evidentemente con relación con su extensión urbana. En términos relativos, las ciudades mejor provistas de espacio públicos abiertos son la ciudad de Bilbao, con 72 m2 por cápita, seguido de Barcelona (45 m2). En el otro extremo, destaca el caso de Las Palmas de Gran Canaria como la ciudad con menor provisión de espacio público abierto por cápita (8,9 m2).
No obstante, estos indicadores están sujetos a la definición de área urbana, y, por otro lado, no son completamente representativos del acceso real que tiene la población a este tipo de espacio. Con este objetivo, resulta más informativo el indicador del porcentaje de población con acceso a dichos espacios. En general, en todas las ciudades, la mayor parte de la población tiene acceso a algún espacio público abierto en sus ciudades (más del 65% de la población). En este sentido, destacan de nuevo las ciudades de Barcelona y Bilbao, en las que más de un 95% de la población tiene acceso a algún tipo de espacio público abierto. Por el contrario, en los últimos lugares se encuentran Las Palmas de Gran Canaria y Murcia.
Sin embargo, es interesante observar cómo esta proporción se reduce cuando se considera exclusivamente el acceso a grandes espacios abiertos. En este caso, Bilbao lidera la tabla, con un 80,5% de la población con acceso a grandes espacios, seguido de Madrid (68%) y Barcelona (64,9%). En contraste, Murcia y Málaga son las ciudades en las que existe un menor porcentaje de población con acceso a grandes espacios abiertos públicos (22,7% y 35,3%, respectivamente).